¿Conoces los germinados de semillas? ¿Sabes cómo hacerlos en tu propia casa? Si quieres conocer algunas de sus propiedades, aprender a prepararlos por tí mism@ y descubrir recetas para incluirlos en tu alimentación, sigue leyendo.
Las semillas germinadas son una fuente de nutrientes muy interesante que podemos añadir a nuestra alimentación.
Durante el proceso de germinación, cuando ponemos a remojo las semillas y las exponemos también al oxígeno, los enzimas se activan y la semilla además duplica su volumen y se rompe su cáscara. En unos días, los brotes van saliendo, signo de que la semilla está en su momento de consumo. Es en este momento cuando los nutrientes se han multiplicado, ya que los enzimas activados han hecho su función y permiten una mayor biodisponibilidad de los nutrientes que atesora en su interior. En concreto lo que han hecho ha sido predigerir las proteínas que contenía la semilla en aminoácidos, así como sus ácidos grasos, haciendo que los asimilemos de mejor forma. Las vitaminas también se activan y los minerales son más fáciles de asimilar. También se activa la clorofila, con alto poder antioxidante. Los fitatos, que son compuestos que dificultan el paso de minerales a la sangre se desactivan.
Algunos de los nutrientes que contienen son aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B, ácido fólico y minerales como el hierro, el zinc o el magnesio. Los germinados de soja y guisante contienen además una cantidad de proteínas del 27%, porcentaje similar al de la carne o los lácteos, pero con una ventaja, y es que no van acompañados de grasas saturadas ni colesterol.
Los beneficios para la salud van desde la mejora de la digestión, hasta ser potentes remineralizantes, desintoxicantes y antioxidantes.
Se pueden germinar tanto las semillas en sí mismas, como el rábano, el puerro, el girasol o la calabaza, pero también los granos de cereal y las legumbres. Las semillas de solanáceas (patata y tomate) no deben germinarse ya que pueden resultar tóxicas.
La mayoría de los germinados pueden consumirse sin ser escaldados, pero si tienes problemas con tus digestiones, escoge escaldas previamente los germinados de legumbre antes de consumirlos, ya que la germinación no elimina completamente los antinutrientes que contienen. Igualmente, las semillas que no germinen debemos desecharlas.
En la cocina pueden formar parte de platos como las ensaladas, las cremas e incluso los bocadillos.
Es importante la fuente de germinados que elegimos, ya que la OMS advierte que si estas semillas están contaminadas, el remojado es un caldo de cultivo para hacer proliferar las bacterias. En Begin Vegan tenemos semillas de cultivo ecológico que cumplen la reglamentación de la Unión Europea.